Por Javi Alfonso.

Cuando planteamos una escena, el actor o actriz se va a casa con una serie de deberes. Hemos explicado el contexto y sacado algunas claves del texto sobre la historia y el propio personaje. La actriz en esta caso, memoriza el texto hasta la última coma (para que no suponga un impedimento a la hora de ejecutar su actuación) y prepara un propuesta que ofrecer en el momento en que se ponga en pie la escena.

Llegamos al escenario o set de rodaje y… ¡Boom! ¡Son tantas cosas! ¿Qué hago con mis manos? ¿Quién ha puesto esta pierna aquí? ¿Por qué m me oigo cuando hablo? En definitiva, de nuevo, aparece el enemigo número 1 del actor: el pensamiento. Es por esto, que cuando interpretamos, debemos dejar a un lado nuestro lado más racional y simplemente dejar que la escena fluya y respire libremente, y ahí es donde entra el impulso del actor/actriz. Todo lo que surja de un lugar desconocido y se presenta en escena como algo fresco y nuevo es a lo que debemos abrir paso. El resto, sólo sirve para vernos desde fuera y juzgarnos, y eso, sólo conduce al bloqueo.

taller de interpretacion para cine

Javi Alfonso dirigiendo a Eli Oriola en el último taller de interpretación para cine de Mos Teatre.

Aviso a navegantes: esto no es algo místico ni milagroso, es un proceso Biomecánico que sólo aparece cuando hay una técnica asimilada y un trabajo cuidadosamente preparado detrás.

Actuar es hacer, no pensar.