El pasado 22 de junio estrenamos la Sala Ultramar la función «Gilarante«, textos de Miguel Gila como muestra de fin de curso de las alumnas y alumno del Taller permanente de teatro de Mos Teatre. Los aplausos y risas que rompían el silencio en aquél viaje en el que acompañábamos al reparto, suponía la culminación de un año muy complicado.

 

 

La situación desesperada que atravesamos el sector de las artes escénicas atañe también a los grupos que nos dedicamos a ofrecer actividades formativas. El año pasado, el confinamiento nos impedía realizar nuestro habitual montaje de fin de curso, pero para éste, aún con sus idas y venidas, bajas y atropellados ritmos que pedían de una improvisación vertiginosa a medida que avanzaba el año, decidimos que, aunque modificando el formato en el que estamos acostumbrados/as a trabajar, debíamos realizar una pieza ante el público. Una muestra del trabajo y esfuerzo tan duro que el alumnado había hecho durante todo el año.

 

 

Sabíamos que la sombra de las bajas laborales y los problemas personales iban a seguir ahí, afectando a las personas que acuden cada semana a nuestras clases, pero la valentía les ha hecho querer llegar hasta el público un año más. Por primera vez, hemos implantado una herramienta que nos ha ayudado mucho en estos últimos tiempos: la posibilidad de trabajar con algunas alumnas en situaciones excepcionales de manera virtual. Estas actrices no pisaron el escenario para representar su monólogo, pero si pudimos disfrutar de su actuación a través de una proyección. 

 

 

Comedia. Éste era el año perfecto para trabajar la comedia, y por esto, invocamos al gran maestro Miguel Gila, para que con su teléfono e historias iluminase nuestro camino. Rápidamente, las actrices y el actor del grupo del Taller permanente de teatro de Mos Teatre se vistieron con la camisa roja y se dispusieron a trabajar esos textos maravillosos. La idea de la que partimos no era la de una imitación al genial autor, sino más bien, un homenaje desde nosotras.

 

 

Sólo tenemos palabras de agradecimiento y emoción para quienes nos habéis acompañado en este proceso. Esperamos seguir trabajando con vosotras/os el próximo año y que éste sea un poco menos árido, dentro de lo que cabe y nos permita continuar haciendo aquello que tanto nos apasiona.

 

 

Nos gustaría acabar con esta maravillosa reflexión de Gila y que nos sirvió como cierre de nuestro espectáculo:

Estoy convencido de que la risa es la mejor terapia que se ha inventado para la salud del ser humano. Por desgracia, la crispación política y social que nos toca vivir, y que los medios de comunicación nos vomitan día a día, contándonos las tragedias que suceden en los cinco continentes y centrándose siempre en lo más horrible, se transmite a la gente, que de manera inconsciente, se hace contenedora de ese sentimiento, y eso hace que esa gente se ría tirando a poco. El mundo es cada vez mejor, más limpio y más seguro que nunca, pero se empeñan en convencernos de lo contrario. ¡Hay que combatir esa corriente de pensamiento negativo!